A vuelapluma - Torturas

En mi familia son todos unos torturadores.

A veces mi papá, solo por fastidiar, o porque está fastidiado me dice, ven acá un momentito, y yo de tonta voy. Ven y pon el dedo aquí, se refiere a que ponga el dedito índice de mi mano chiquitita de 6 años, entre los dedos de su pie gigante ¿no? entonces me aprieta durísimo y no me deja ir.

¡Pide cacao!, y yo que soy muy cobarde empiezo a pedir cacao desde el primer apretón, pero aunque pido cacao, mi papá no suelta ¡Pide cacao!, y ya con las lágrimas a punto de salírseme le digo que ya pedí ¡cacao, cacao, cacao, cacao! Al final suelta y me deja ir.

Mi hermana es peor. No sé qué placer encuentra en verme sufrir. Porque sé que le gusta, se ríe, lo disfruta, le encanta. Si yo estoy acostadita viendo tele, viene y sin causa alguna me agarra el pie, me quita la media y empieza a sonarme los dedos de los pies uno a uno.

Yo odio enormemente que lo haga, entonces pego patadas, me revuelco, chillo, pero de alguna manera siempre logra agarrarme los deditos y hacerlos tronar. Creo que ni siquiera le cuesta mucho, comparado con la gran cantidad de esfuerzo que yo pongo en tratar de zafarme. Como el zorrillo de la comiquita.

Cuando ha terminado su labor me vuelve a dejar donde estaba y se va a seguir haciendo lo que sea que estuviera haciendo antes de pasar por el cuarto y caer en la tentación de sonarme los dedos de los pies.

La tortura de mi mamá es sicológica, pero de esa ni hablo… me da miedo.

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