La dedicatoria

La dedicatoria la encontré en un libro que saqué de la biblioteca. Por más que he tratado no logro recordar qué libro era. La biblioteca pública de Nueva York recibe millones de libros donados, yo misma doné un montón cuando cerraron la especie de editorial donde trabajaba. Se supone que alguien de la biblioteca decide qué hacer con ellos; algunos los ponen a la venta, otros pasan a formar parte de la colección de la biblioteca y cambian de manos día a día.

Esa, es decir que haya sido una donación, es la única explicación que se me ocurre ante el libro con la triste dedicatoria en cuestión —nacida anónima, prohibida y ahora a la vista de cualquiera.

ESTE ES EL ÚLTIMO LIBRO QUE TE DOY. ERAN REGALOS, SIEMPRE LO FUERON. SÉ QUE TE GUSTABA PENSAR QUE TE ESTABA PAGANDO POR TU AMOR. POR ESTAR CONMIGO INCLUSO CUANDO AMBOS SABÍAMOS DESDE EL PRINCIPIO QUE ESTE AMOR ESTABA DESTINADO A MORIR. O QUE ESTABA YA MUERTO CUANDO NACIÓ.

Estaba escrita en inglés, toda en altas, con letra firme, en marcador o una pluma fuente, quiero decir que la tinta no era de bolígrafo. Además era de un color azul intenso, el trazo era grueso y en algunas letras el papel absorbió el azul dejando entintadas mínimas hebras del papel. Diría que quien la escribió fue una mujer, pero nunca se sabe.

ESPERO QUE ME PERDONES POR NO SER MÁS VALIENTE, POR NO CREER EN ESTO. CLARO QUE TUVE LA OPORTUNIDAD, PERO DECIDÍ NO TOMARLA. NO ES TU CULPA. NUNCA LO FUE. TAL VEZ EN ALGUNOS AÑOS ME ARREPIENTA DE ESTA DECISIÓN, PERO AHORA ES LA OPCIÓN CORRECTO. ES LA ÚNICA OPCIÓN.

Muchas cosas me pasan por la cabeza. ¿Qué habrá sido de estos dos? ¿Cómo fue a parar este libro a la biblioteca? ¿Por qué, si quien recibe el libro es a quien dejaron, decidió sin más ni más entregar el libro a la biblioteca? ¿Cuánto tiempo habrá pasado?

La despedida, desgarradora porque implica que la separación fue dolorosa, es simple y anónima como el resto de la dedicatoria. Yo no dejo de pensar en aquella obra de Ramos-Perea, Tuya siempre, Julita. Tal vez porque lo relaciono con eso también pienso que quien escribe es mujer, pero en inglés no se define.

SIEMPRE TUYA (TUYO)

Hay cosas que son un misterio. Hilos para halar. Miles de historias se cuecen en ese caldero con ingredientes tan conocidos y que sin embargo, al mezclarlos de manera diferente, le dan un sabor nuevo y desconocido al asado. O tal vez no, tal vez nos encontramos con el mismo sabor miles de veces recorrido en nuestro paladar y que, justamente por eso, adoramos desde la infancia.

Este es el juego al cual los invito. Inventemos las versiones de esta historia, de estos tres personajes, dentro de los cuales incluyo por supuesto al libro, de cuál es su pasado, y su presente, y su futuro, si es que llegaron a tenerlo y de cómo rayos llegó un regalo íntimo a mis manos y a las de miles de lectores de la biblioteca pública de Nueva York.

La dedicatoria original en inglés:

THIS IS THE LAST BOOK I GIVE YOU. THEY ARE ALL GIFT, THEY ALWAYS WERE GIFTS. I KNOW YOU LIKE TO THINK THAT I WAS PAYING YOU FOR YOUR LOVE, FOR BE WITH ME —EVEN WHEN WE BOTH KNEW FROM THE VERY BEGINNING THAT THIS LOVE WAS MEANT TO DIE —OR WAS ALREADY DEAD WHEN IT BORN.

I HOPE YOU WILL FORGIVE ME FOR NOT BEING MORE BRAVE, FOR NOT BELIEVE IN THIS. OF COURSE I HAD THE CHANCE, BUT I DECIDED NOT TO TAKE IT. IT’S NOT YOUR FAULT. IT NEVER WAS. MAYBE I’LL REGRET MY DECISION IN A FEW YEARS. BUT NOW IT’S THE RIGHT THING TO DO, THE ONLY THING TO DO.

ALWAYS YOURS

Comentarios

Anónimo dijo…
Me quiero animar a escribir esa historia que propones. Tal vez una pareja que se conoce en una lectura de libros, en la presentación de algún premio literario..., algo muy pasional pero al vez muy importante para los dos. Tengo que pensarlo para que encaje con lo que sugieres: una historia de amor a cambio de libros...
Anónimo dijo…
Déjame intentar a mí:

Hace unos días iba caminando por el parque con mi nuevo libro, recién salido de imprenta, "El amor es un deporte de verano". Conocí a una chica de por ahí. Nos encarretamos a conversar, a caminar, fuimos a cenar...

Por la mañana, antes de irme de su casa, le dejé mi libro, dedicado, "A cambio de esta noche".

Vuelvo a la ciudad en septiembre. Volveré a caminar por el parque con otro libro, por si acaso...
Claudia Cazorla dijo…
Mmm, esto rompe un poco con las reglas iniciales del juego, pero por lo menos es algo.
Yo he tratado de escribir esta historia muchas veces y nunca me gusta el final.
Gracias por el comentario.

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