A vuelapluma

CASTIGOS

Mi mamá llamó por teléfono y le contamos que rompimos la gata de yeso esa horrible que ella dice que vale un montón de plata y que es de cerámica de no sé dónde.

La rompimos de un pelotazo y mi mamá nos dice que nos pongamos dos pares de jeans porque cuando llegue mi papá nos va a matar a palos porque somos unas niñas malas y lo que de verdad somos son unas pobres niñas que estaban jugando como cualquier niña pequeña.

Y pasamos toda la tarde esperando que sonaran las llaves de mi papá que nos va a matar a palos. Pero primero llega mi mamá que es una especie de policía de la Seguridad Nacional y nos empieza a interrogar y ya sabemos que la que nos va a pegar es ella (que es la que siempre nos pega si rompemos las cosas) Y nos dice, como para aumentar la tortura que le traigamos la correa. Y sabemos que está hablando de la correa de cuero que tiene cortada en tiritas y que tiene remojando en agua para que nos pique más cuando nos pegue. Y nosotras, mi hermana y yo, siempre somos muy solidarias y no hablamos si fue una sola la que rompió la gata y nos pegan a las dos, pero no somos sapas.

Mi papá llega y no nos pega, total sólo era una gata de porcelana de quién sabe qué valor. Además era horrible.

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