Alegrías y otras cosas

Por Matusalén Gómez

La vida debería ser siempre como dice la canción un “carnaval” baile de noche y de día. La alegría esa feliz sensación que nos hace saltar, brincar y también reír a carcajadas es parte de la misma sensación, por supuesto que hay ambientes que se prestan para estas demostraciones de alegría; una reunión con los amigos, un reencuentro con los que no hemos visto desde hace tiempo pero que gracias a facebook, nos anima o nos presiona a hacerlo, la familia que quiere celebrar un cumpleaños; así pues que siempre habrá una oportunidad u ocasión para disfrutar de momentos de alegría.

Cuando se es muchacho la alegría es otra cosa, porque cualquier detalle por baladí que sea se convierte en un festejo, un vacilón, una rochela. Para eso es la niñez y la juventud

La tristeza cuando se acerca no es tomada en serio y cuando se intenta convertirla en algo serio puedes esperar un “te estas poniendo viejo”.

El caso es que Matusalén con todos los años del mundo encima es un “animador” de fiestas, y ¿qué es un animador de fiestas? se preguntaran. Pues es un caballero, un varón que a por experiencia se encarga de arrancar la fiesta en ese primer momento o lapsus en que no se sabe como va a comenzar el ágape.

Les comento lo siguiente, soy de una personalidad un poco retraída y a veces puedo pasar por antisocial, pero es lo que parece porque en la vida real en lo que me invitan a un bonchecito ¡Ay, mama!, atención mujeres Matusalén va con todo, hasta yo mismo me siento asombrado de este éxito, pero el secreto está en la música, en el baile y en la energía que transmites.

Pues sí, sin complejos y usualmente con un par de traguitos rondando por mi cabeza, comienzo a bailar a un ritmo que contagie y para ello necesito una pareja a una dama -o unas damas- que siempre están listas para el baile y de allí a animar con atrevidos pasos y vueltas que rápidamente contagian al resto de las personas.

Una vez que arranca el sarao, se trata de escoger a la que mejor baile y a danzar sin parar toda la noche. Así pues que entre risas y alegría y ya una vez logrado el efecto, Matusalén se retira de las tablas, un poco cansado sí, pero contento de haber una vez mas haber cumplido para lo que fue contratado.

¡Todo un éxito! ja, ja, ja.

Comentarios

Entradas populares