A vuelapluma - La hamaca

Yo no sé de dónde salió ni de quién fue la idea, pero ahora en el balcón de la casa hay una hamaca.

Mi hermana y yo ya la tenemos tomada durante el día porque cuando llega mi papá no hay quien lo baje de ahí, seguro que fue él quien la puso.

Si estamos en la hamaca, jugamos a que el piso del balcón que es de vinil rojo, está infectado de tiburones y que debemos balancearnos durísimo para tener el impulso de saltar al piso de la sala, que es blanco… solo así estaremos a salvo de los dentados peces. Con las piernas nos empujamos con todas nuestras fuerzas hasta que la hamaca llega a su punto máximo, y de ahí nos lanzamos al lado blanco donde podemos respirar en paz.

Si no, jugamos al envoltorio. Una de las dos se acuesta en la hamaca a lo largo y empieza a girar y girar y girar, a veces yo ayuda a mi hermana para que la hamaca quede más tensa y luego la suelto para que se desenrede rapidísimo y el capullo empiece a dar vueltas. También jugamos al envoltorio sentadas en la hamaca, pero ahí definitivamente hace falta la ayuda de la otra y agarrarse duro porque si quedas boca abajo puedes romperte la cabeza o por lo menos seguro puedes darte un golpe durísimo, de eso ya tenemos experiencia.

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