Lo que es no saber

Ya le estoy viendo la boca fruncida, signo inequívoco de amotinamiento. Cuando pone esa cara, ya todos sabemos que lo mejor que podemos hacer es salir corriendo y no aparecer en un buen rato. Aunque a veces, le da más rabia no vernos a ninguno por ahí, no tener con quien pagar el plato roto.

Pero es que es un horror cuando se pone así. La mayoría de las veces no sabemos lo que le ha pasado. Ninguno de la cuadra entiende por qué su mamá la deja salir cuando se pone así. Lita dice que es porque en su casa nadie la aguanta. No sé, puede ser, pero cuando sale así se hace daño, y nos pone a todos a correr.

Al final soy yo siempre el que tengo que ir a hablarle. –Bueno, ¿no es tu novia? –me dicen los de la cuadra. Pero yo tengo 15 años y esto de las mujeres me desconcierta. Además, tampoco es que nos vayamos a casar ni nada. Vamos al cine, nos comemos un helado, hablamos… ni siquiera deja que la toque.

Creo que voy a salir, porque desde aquí ya veo que, además de la boca, ya tiene toda la cara como una pasa.

Me sale chaparrón. Pero es que no entiendo, en serio. Yo no la he visto, ni la he llamado en tres días ¿será por eso?

Comentarios

Entradas populares