A vuelapluma

La lámpara

Es que hoy no quiero ir al colegio, tengo sueño y sé, te lo juro que sé que mi mamá ni loca va a dejar que falte, a menos que me esté medio muriendo. Total, un día no pasa nada, ni que vaya a raspar porque no voy un díita. Me levanto y digo que me siento mal, mi mamá calcula la temperatura poniéndome la mano en el cuello y en la frente y dice que nanai, que de fiebre nada, yo le insisto medio llorando, que me siento mal, pero es mentira.

Me meto a bañar, pero ya tengo un plan, salgo del baño y le digo a mi mamá que me dé el termómetro, y mientras me visto, pego la cabeza de mercurio a la lampara de la mesita de noche. Espero a que el mercurio suba hasta 38,7 y salgo con la cara más larga que puedo fingir y el termómetro en la boca. Mi mamá lo ve y me dice que mejor me quede. Me da un besito en la frente y se va al trabajo. Yo me meto en la cama y me quedo dormida. Después me levanto y armo una casa de lego.

En la noche ya me curé.

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