De pelotas y otros excesos

Por Matusalén Gómez


Ya no es el tiempo que transcurre, ahora vuela y por ello la necesidad de expresar las ideas de la mejor forma posible y en el menor tiempo. Veamos, Roberto Sojo, relojero de 40 años me para una vez en la calle y en un arranque de ansiedad comienza a hablarme de un situación vivivencial, de verdad que yo desconocía hasta ese día que el hombre estaba metido en eso que llaman el proceso. -Matusalén, chico fíjate –me dice- qué vaina, ahora que tenemos un hombre con las bolas bien grandes para hacer la revolución resulta que se destapa la olla de la corrupción, todo el mundo está robando y no hay forma de parar esa situación. Como buen oyente, y por respeto a los menores, continué por largo rato escuchando la vida y pasión de aquel Roberto y su debilidad testicular.-

Pero una vez en casa me puse a pensar sobre lo que había escuchado y me pregunté, en función de lo que ha ocurrido en 8 años largos en este ex país, ¿no será que en el subconsciente del hombre venezolano, habituado a que resuelvan por él, la condición de macho criollo y vernáculo se perdió? ¿Será que aquel varón de rápida respuesta, ¡vamos a echarle bolas! se esfumé y que en su yo más intimo y perturbado, resultó un complejo de raíz, genéticamente hablando; perdió la testosterona y eligió a un elemento casual para que supliera la tarea de macho que por naturaleza le correspondía. ¿Será que la condición de hombre, macho y vernáculo, se quedó en la vía, donde duerme el sueño de los justos? Habrá otra explicación.

El tiempo y la genética se encargará de despejar estas incógnitas, y amigos lectores, por favor no me tilden de machista, pero algo esta raro y la vaina huele fó y feo.

En mi paseo por el mundo, hurgando, jurungando, he buscado ejemplos que me permitan iluminar mi cansada mente. Pues mire que dándole un vistazo a Europa, me consigo con el caso de la madre patria España. El país es integrante de la Unión Europea y actualmente tiene una de las economías mas pujantes de la Unión, pero veamos más, una vez muerto Franco, una Monarquía Democrática se hace cargo del tránsito desde una Dictadura a una Democracia, que nace frágil pero que sabiamente manejada por políticos e intelectuales, conducen el país a lo que es hoy, una de las democracias y economías mas fuertes de Europa. Hombres como: Adolfo Suárez, Felipe González, José María Aznar y José Luís Zapatero, asumieron sin complejos tal responsabilidad y la llevaron a cabo

Naturalmente, este paseo nos lleva a ciertas conclusiones y una de ellas es lo que pasa en Venezuela, ninguno de los políticos nombrados, es conocido por ser un super boludo, todo lo contrario proceden de familias muy bien formadas y adquirieron su conocimiento político en la lucha cotidiana, han sido trabajadores incansables por conseguir lo mejor para su país, abordando los problemas que aun con mucha complejidad han resuelto. Sus opiniones han sido escuchadas, han sabido equilibrar el poder político con la economía, y la razón es que el ciudadano siempre ha sido primero.

En consecuencia, no hace falta gritar, vociferar, amenazar, ofender, amedrentar ni esposar al adversario, existe una cultura política. Por ello la pregunta ¿Hace falta un líder boludo? ¿Hace falta una revolución? Por el inmenso respeto que me merecen mis conciudadanos solo diré: necesitamos intelectuales, necesitamos profesionales, necesitamos comunicadores, necesitamos a todo el que esté dispuesto a aportar ideas y proyectos sin importar las ideologías, ya que requerimos generar cambios reales ante la necesidad de que nuestro país crezca.

Por último: España no tiene petróleo.-

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