A vuelapluma

Desorden

Mi hermana es un desastre. Lo deja todo regado por ahí y como mi mamá les dijo a Beatriz y a Luisa que no nos hicieran la cama ni nos recogieran las cosas, el cuarto parece un chiquero.
Antes no me importaba que mi hermana fuera desordenada porque no compartíamos el cuarto, pero ahora nuestra prima Mora se vino a vivir con nosotros y tenemos un cuarto para las dos.
La verdad es que, aparte del desorden, compartir el cuarto con mi hermana es muy bueno para mí. Así cuando me da miedo en las noches no tengo que pasarme de cuarto, solo de cama.

Lo que pasa es que el desorden me saca de quicio, así que he decidido montar una cuerda de extremo a extremo que divide el cuarto en dos. Mi mitad está limpia y ordenada y la de mi hermana parece un cuarto de locos, pero como está del otro lado ya no me importa.
Cuando mi hermana llega en la noche le pido que me cuente Indiana Jones y los cazadores del arca perdida, porque yo soy muy pequeña y no me dejan entrar a verla.

Con la luz apagada, Mili empieza a contármela, pero se queda en los detalles y el cuento tarda horas y yo ya quiero saber el final, pero ella tarda y tarda y tarda hasta que me aburro y me quedo dormida y sueño con aventuras y tierra y un arqueólogo con látigo que le tiene miedo a las culebras.

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