Partir...

Partir es morir un poco, ¿quién lo dijo? Lo dijo algún francés, Partir c'est mourir un peu*. Y yo, siempre que partía lo entendía desde un punto de vista diferente a como lo veo hoy. Pensaba que dejaba un poco de mí en donde ya no estaba. Ahora se me ocurre que desde que vivo en Nueva York he muerto un poco para quienes están en Caracas, por eso cuando voy soy como un fantasma, una aparición.

Me pasa a mí lo mismo cuando me dicen que alguien a quien conocí, y tenía tiempo sin ver, ha muerto. ¿Qué puedo pensar? en realidad no voy a echarle de menos. De alguna manera para mí ya había muerto, como he muerto yo para toda la gente que he dejado de ver.

Lo que quiero hacer no lo hago porque me parece una locura. Quiero sacar toda la ropa y jugar, como jugaba cuando era niña y fingir que soy una persona que no soy. Maquillarme y tomarme fotos, eso sería divertido para una noche de sábado o de viernes, da igual. Vuelvo a la computadora, miro las fotos, veo quien está conectado, todo me parece muy triste.

A los espantos no importa si se les deja esperando toda una noche. No pasará nada. Ya están muertos, aunque sea un poco.

*El poema es del francés Edmond Haracourt (1856-1941) no fue hasta después que escribí este texto que busqué el poema completo... aquí va en francés.

Rondel de l' adieu

Partir, c' est mourir un peu,
C' est mourir à ce qu' on aime:
On laisse un peu de soi-même
En toute heure et dans tout lieu.
C' est toujours le deuil d' un voeu,
Le dernier vers d' un poème:
Partir, c' est mourir un peu.

Et l'on part, et c' est un jeu,
Et jusqu' à l' adieu suprême
C' est son âme que l' on sème,
Que l' on sème à chaque adieu:
Partir, c' est mourir un peu.

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