La bienal del Whitney 2008

No me engaño, por lo general no me gusta el arte actual, no lo entiendo. Los nuevos medios y las explicaciones rebuscadas para algo que al final no es más que un cubo de madera pintado de blanco, por ejemplo, es algo con lo que no comulgo para nada. Así que cuando voy a estas exhibiciones de arte actual siempre voy con reticencia.

Aparte de todo, queríamos ver el trabajo de Javier Téllez, no solo por venezolano, sino por pana, Pedro le ha editado varios trabajos y siempre estamos pendientes de ir a ver en qué anda el Téllez. Confieso, no siempre me gustan sus trabajos, pero este Production still from Letter on the Blind For the Use of Those Who See, presentado en la bienal, es en realidad fantástico. La mejor impresión de toda la noche.

El montaje es normal, nada de cinco monitores proyectando imágenes repetitivas. Una proyección en blanco y negro en una salita pequeña. No quisiera describir demasiado la película para no arruinársela a quien esté en NY y pueda pasar a verla, solo diré de qué se trata; seis ciegos se acercan, uno a uno y se enfrentan por primera vez en su vida con una elefante real. Sublime. Al sonido de un pitido, se levanta un ciego, palpa al animal y se captan sus impresiones ante el descubrimiento. Entre cada persona hay una pausa en la que se mira la piel del animal, pura textura, pura rugosidad, como un ser vivo, respira, respira y la voz en off de la persona que acaba de pasar nos describe parte de sus sensaciones.

Si pasa el tiempo y se quedan sin verla, me avisan y se las describo lo mejor que pueda. Serán entonces ustedes los ciegos.

P.D. Gracias a Javier por recordarnos que el arte es algo que debe vivirse con todos los sentidos que tengamos disponibles.


Comentarios

Alexis Romay dijo…
Excelente post. Me has dejado con ganas de “ver” al elefante.
Claudia Cazorla dijo…
Pues anda a verlo y me cuentas tus impresiones.
un abrazote
carloszerpa dijo…
BELLA HISTORIA ZEN DE LAS ARTES MARCIALES
http://carloszerpakickboxer.blogspot.com/

El Budo es como el elefante de la historia que fue palpado por unos hermanos ciegos y cada uno sacó entonces sus propias conclusiones acerca del animal. El que le tocó la oreja piensa que en definitiva, el elefante es como el abanico, que se mueve, cree y defiende su vivencia; incluso llega a discutir con el que palpó la trompa, quien sostiene, con toda razón, que el elefante es como una serpiente boa, que él mismo ha tenido entre sus manos.
¿Y nosotros qué parte del elefante hemos tocado?
¿No sucede lo mismo con las artes plásticas en donde cada uno defiende su parcela, negando las otras?
Claudia Cazorla dijo…
Y seguro que esa es la fuente de inspiracion... le preguntare a Tellez si tengo chance.
Un abrazo

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