Ojos de perro (normal, no azul)
No hay nada en este mundo como los ojos de un perro, como su mirada.
Ni siquiera la mirada de un niño se compara con la profundidad y la transparencia de los ojos perrunos. Los ojos de gato no son así.
Estaba en el parque leyendo acostada sobre una manta en la grama cuando un perrito se me acerca. Es una hembra, chiquita, peluda.
Se llama Twinkie, lo leo en la placa de huesito que lleva en el collar.
Se queda mirándome. Nos miramos un rato y me da vértigo, me conmueve la mirada del animalito que parece saber que yo, en ese instante, lo quiero.
Le hago cariños, Twinkie se deja hacer, sinvergüenza.
La dueña es simpática, me deja que juegue con Twinkie. Twinkie no se quiere ir, se echa en la grama patas arriba.
La dueña la levanta con una mano y yo me despido de esos ojos sabios, de pozo sin fondo, que parecen saberlo todo.
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