Para qué palabras
Por Matusalén Gómez
A veces los hechos rebasan las palabras y esta semana de verdad que los hechos han superado la capacidad de asombro de los venezolanos. No repetiré lo muchas veces dicho, pero es increíble la capacidad camaleónica que han adquirido los habitantes del país.
Por ahí recibí un artículo donde se plantea que ante la arremetida bélica de Messie Ugho, todavía hay que salvar el proceso.
En la medida que la dolarizada revolución ha ido copando espacios han nacido adaptables y es común escuchar cuando preguntas cómo están las cosas, que te respondan:
-bien, mientras haya salud, todo es ganancia. Madre de arrechera es lo que cojo, cuando oigo semejante mamotreto de ciudadano.
Es por ello que el país está sumido en este proceso, la incapacidad de respuesta solo significa mediocridad y pérdida de autoestima. El conocimiento de esta debilidad
acomodaticia y fácil es una de las causas por las cuales estamos hoy día en el filo de la navaja.
Y si no cree a Messie, prepárese porque si es usted menor de 50 años, muy pronto estarán tocando la puerta de su piso convocándolo a alistarse. Le recomiendo que se esconda porque sin duda alguna formará parte de la primera columna que lanzarán contra los cachacos y olvídese de Kalashinov, ya que le tocará un antiguo fusil fal de repetición. Dios lo proteja.
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