entrecomillas
Luis Cernuda
Cuando algún cuerpo hermoso
como el tuyo, nos lleva
tras de sí, él mismo no comprende,
sólo el amante y el amor lo saben.
(Amor, terror de soledad humana.)
Esta humillante servidumbre
necesidad de gastar la ternura
en un ser que llenamos
con nuestro pensamiento,
vivo de nuestra vida.
Él da el motivo,
lo diste tú; porque tú existes
afuera como sombra de algo,
una sombra perfecta
de aquel afán, que es del amante, mío.
Si yo te hablase
cómo el amor depara
su razón al vivir y su locura,
tú no comprenderías.
Por eso nada digo.
La hermosura, inconsciente
de su propia celada, cobró la presa
y sigue. Así, por cada instante
de goce, el precio está pagado:
este infierno de angustia y de deseo.
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