Más allá de Magglio Ordoñez
Por Matusalén Gómez
No sé y desconozco de dónde viene Magglio O, pero parece ser de origen humilde, como muchos de los venezolanos que vieron y ven el beisbol profesional y de grandes ligas como una manera de ganar dinero verde, amén de tener una calidad de vida superior a la que usualmente tienen en Venezuela. Es de reconocer que igualmente se requiere ganar los meritos suficientes y tener la disciplina que exige el beisbol a través de las escuelas que mantenían los equipos de béisbol estadounidense en varias ciudades venezolanas. De hecho, estas escuelas incluían como materia el béisbol y a través de la enseñanza y la práctica los denominados scouts, seleccionaban a los jóvenes de mayor potencial, los que en un constante ascenso iban creciendo y desarrollando sus mejores habilidades.Posteriormente estos muchachos, previo acuerdo con sus padres, iban a la República Dominicana ya en categoría de juveniles y su familia recibía un ingreso en dólares, lo sé porque conozco más de un caso.
El hecho es que el Maggi no fue la excepción y forma parte de aquellos jóvenes que, como pocos, con esfuerzo capacidad y trabajo lograron el pase y llegaron a las Grandes Ligas.
Y el público de los grandes estadios estadounidenses lo querían, es más lo amaban, puedo oír todavía casi al unísono las voces que clamaban al Maggi; (¡Maggi, Maggi, Maggi ,Maggi!), pidiendo el ansiado jonrón que se necesitaba con tres hombres en base para ganar el partido.
(Maggi, Maggi, Maggi, $$$$,$$$$,$$$$,$$$$).
El Maggie escuchaba, por supuesto que escuchaba, pero en su yo íntimo, en lo más interno de su ser, pensaba: "jodidos pitiyanquis, ya verán, les daré lo que me piden, pero cuando la pelota esté en el aire la van a ver roja, porque en la próxima temporada pediré un contrato e incluiré la clausula de la enmienda, lo que me permitirá permanecer por tiempo indefinido".
Yo me pregunto qué era lo que transcurría por su mente ¿era el resentimiento de haber sido llevado a los grandes estadios estadounidenses donde se permitía exigir año a año más dinero por sus servicos? ¿O fue captado en su inocencia por un vivo del régimen que lo compró a mejor precio que las ligas de beisbol estadounidenses? ¿O será que le ocurrió lo que al futbolista venezolano Juan Arango en un festival de turismo que de pronto se vio con el Gran Hacedor que gritaba y saltaba como un Bucaram cualquiera: “Así es que se gobierna, así es que se gobierna”.
Particularmente no lo creo y mi impresión es la que me enseñó Tertuliana: los manejadores del marketing político del régimen le ofrecieron cualquier cantidad de dólares sin impuesto y él, el pobre e inocente Maglio Ordoñez, vendió su alma al diablo.
Ojala el guante que tiene en la mano soporte el peso de la mini-cabina y en su caída desde el cielo no se haga el menor daño. Al fin y al cabo no se trata de vender la patria, solo se trata de codicia y amor al dinero.
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