La sensatez

No sé en qué canal de televisión vi un anuncio en que se veían dos jugadores de rugby debatiéndose una pelota. La toma era del momento en el que uno de los jugadores trata de adelantar con la pelota mientras que el otro le ofrece toda la resistencia posible. De fondo se escuchaba un debate en el congreso español. Lo de siempre, cómo se insultaban los de un bando y los del otro.

Casi me alegré. Lo malo vino cuando me di cuenta de que el anuncio era de un programa de debate político y vendían estas discusiones igual como venden las trifulcas de los programas del corazón.

La imagen era evidente: hay tensión, hay choque, pero no hay movimiento, no se avanza, no se va a ningún sitio.

Qué diferente hubiera sido el anuncio si en lugar de invitar a la audiencia a divertirse con los gritos, hubiese invitado a los partidos a jugar para el mismo equipo, que es en definitiva la mejor manera de avanzar. Pero no.

La verdad, no sé por qué escribo sobre esto. Vivo en Madrid desde hace año y medio, pero no soy española. Siento la política de este país como un murmullo constante de quejas sinsentido de adultos-niños que lo quieren todo sin dar nada a cambio.

Hace algún tiempo, Leopoldo Abadía en su libro La hora de los sensatos, sugirió su teoría del Safety Car. Para que se den una idea gráfica y rápida, pueden ver los dos videos siguientes donde Abadía explica su teoría en el programa de Buenafuente: http://www.youtube.com/watch?v=S-ikT-k_Z8Y&feature=related y http://www.youtube.com/watch?v=OiysFr2b-xg&feature=related.

Pero claro, poca gente escucha al sensato porque los gritos de los dos partidos principales, difundidos además como espectáculo por los medios de comunicación, no lo permiten.

¡Ay, la crisis!

Comentarios

Alvaro dijo…
Antes de hacer este comentario he pensado bastante en ello, no se si suficiente o demasiado, porque según leía lo que has escrito sentía que tenía que decir algo, pero ese algo notaba que me salía más de las tripas que de la cabeza.

Pido disculpas por anticipado.

Claudia, tu vives en España, convives con nosotros, pagas tus impuestos, tanto los directos como los indirectos, sufres nuestros problemas y disfrutas de nuestras cosas buenas, participas e influyes, te guste o no, aunque sea a un pequeño nivel, como todos los ciudadanos de a pie lo hacemos.

Vives, eres un ser humano que vive en este territorio llamado España.

Si no te apetece opinar, no lo hagas, de verdad, tus razones tendrás. Pero si te apetece, hazlo, con sinceridad, sin prejuicios.

A mi, me ha gustado. Todo. Tu comentario y que comentes sobre cosas que han pasado aquí.

Si alguna vez no estoy de acuerdo ó no me gusta te lo diré, pero comentes de lo que comentes, no porque comentes sobre este país.

Mis tripas y mi cabeza están de acuerdo.

Un beso fuerte.
Claudia Cazorla dijo…
Ayayay!!!!
Es porque me duele la cabeza, jeje.
Álvaro, si lo comento es porque me afecta, pero sé que hay españoles que pueden pensar ¿y esta qué dice? ¿Por qué opina si no es de aquí? Así que me protejo un poco y digo que no sé porqué lo escribo, pero sí lo sé.
Es como ser alquilado y no poder ir a las juntas. Claro que te afecta todo lo que pasa a tu alrededor, pero no tienes ni voz ni voto.
Si sirve de algo, en este caso, digo lo que pienso.
Un abrazo :)
Alvaro dijo…
Me lo imaginaba y por eso te apoyo.

Esos posibles españoles, que seguro que los hay, son los que me retorcían un poco las tripas.

Se que has dicho lo que pensabas, pero dilo siempre, sin límite, bueno únicamente con el que siempre has utilizado, el del respeto hacia los demás.

Estás en tu derecho aquí, en tu país y donde sea.

(Joooooooé, otra vez me he enrollado, perdona)

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