Raros

Ella, una chica alta y flaca, lleva un sombrero morado y dos colitas, pantalones tubito y converse con trenzas rojas. Él es medio gordito y sus medias verdes combinan con el color de su cabello. Son muy jóvenes, de unos veintitantos años... los veo y sonrío, sonrío porque ellos son un respiro, una especie de esperanza entre la juventud fatua de esta ciudad. Tal vez su esfuerzo sea un poco exagerado, un poco torpe, pero no es fácil rebelarse ante los estereotipos sin caer en otros.

Los veo por ahí y me reconozco... años atrás; tan desubicada como ahora en esta Caracas que no le da cabida a lo distinto. Por muy “diversos” que seamos somos bastante monótonos. Las modas nos apasionan y de pronto parece que todo el mundo llevara una variación del mismo uniforme. Aquí es mejor parecerse a los demás... o ser muy extraterrestres.

Estos personajes, los raros, no los ves en los centro comerciales de moda, los encuentras en las salas de ensayo, en los festivales, en los teatros, buscan algo más, no quieren ser del montón, quieren saber más, destacar, aunque apenas a esa edad logren hacerlo haciendo gala de mal gusto.

No hablo de los emo, que parece que se hubieran escapado todos de una fiesta de halloween, sino de los auténticos, de los raros. De los que con su actitud declaran su actitud ante la masa.

Con los años, uno va refinando los matices. Dejas de disfrazarte de pies a cabeza y solo queda un dejo, perceptible apenas por los más sensibles. Casi pareces normal, pero no lo eres. Lo descubres cuando los ves a ellos, y sonríes.

Solo espero que algún día sea posible encontrar el equilibrio, o que dejen de gritarnos cosas en la calle por culpa de esa costumbre tan pedante del caraqueño de meterse con todo el mundo.

Como decía mi mamá cuando yo aparecía con algo que ella no entendía... bueno, sí, es rarito, se parece a ti... y yo me quedaba tan feliz.

Comentarios

Anónimo dijo…
Interesante, Claudia, no solo por el planteo del tema sino tambien porque conocemos algo mas de tu pais y porque en el texto esta vez aparece primero el adulto y luego se remite al recuerdo de la infancia. En esencia, en la infancia estaba el nucleo de lo que deseabamos ser y ya eramos.
Lillian
Alvaro dijo…
Me ha gustado mucho Claudia, yo creo que lo que has escrito aquí es aplicable a otros muchos lugares, no solo a tu pais.

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