¿Leer o e-leer?

Lo confieso: No soy usuaria de dispositivo para leer… no todavía, al menos. He querido que me atraigan, me acerco a ellos en las tiendas intentando que me seduzcan, trato de verlos con la mente abierta, de abrazar el cambio, pero no, algo más fuerte que yo se resiste a leer en una pantalla. No es un sentimiento romántico hacia el tacto o el olor del papel, tampoco es, creo, resistencia al cambio en sí, lo que pasa es que no entiendo porqué voy a “necesitar” un medio distinto al que uso, y que funciona a las mil maravillas, para realizar una actividad tan simple como leer.

Este video explica un poco lo que quiero decir:

http://www.youtube.com/watch?v=iwPj0qgvfIs

Sí, soy de las que siente que mi estado mental cuando me dedico a leer un libro en papel es distinto al que tengo cuando leo algo en una pantalla. Incluso es distinto de cuando leo algo impreso en hojas sueltas. Es mi sensación y por supuesto no es válida para todo el mundo; además, creo que hay cosas que pueden leerse en la pantalla y cosas que no.

Estoy de acuerdo con los argumentos a favor, los libros ocupan espacio y son complicados de transportar. Lo viví en carne propia porque en un periodo de tres años me mudé tres veces de país y de verdad uno no sabe qué hacer con los libros.

De esas mudanzas aprendí a no acumular libros y a usar las bibliotecas públicas, por supuesto que para eso hay que tener la dicha de vivir en una ciudad donde las bibliotecas públicas existan y funcionen, pero está claro, las bibliotecas, a veces, no tienen lo que estoy buscando; o no lo tienen tan pronto como yo quisiera, entonces, ¡oh! caigo en la tentación de comprar un libro. Los libros que compro procuro en lo posible no quedármelos. Si sé que no los voy a volver a leer, los regalo… o al menos tengo la firme intención de hacerlo. También presto y me prestan libros (cosa que no se puede hacer con los cacharros electrónicos).

Con respecto a la portabilidad es un problema muy fácil de resolver, los libros gordos los reservo para la casa y los flacos para llevar. O, en último caso, cargo con mi libro gordo sin que me cause un trauma.

Por eso me rebelo ante la imposición que me quiere hacer creer que “necesito” un lector digital cuando en realidad no es cierto.

Lo que sí es verdad es que ahora es más cool leer en dispositivos digitales. Algo así como cuando se empezaron a popularizar los lentes de contacto y ya los miopes no teníamos que usar anteojos.

Así que mi conclusión es que el asunto de los libros electrónicos me aburre. Me aburre porque yo siempre he llegado un poco tarde a los asuntos tecnológicos, no soy una gadget freak ni me interesa serlo. Por ejemplo con los videojuegos, desde el primer Atari de la niñez, siempre he sido una jugadora fatal, pero entonces podía defender mi torpeza manual con la excusa… “No, a mí esos jueguitos no me van, yo leo” y mi yo infantil se sentía importante porque con esas palabras me separaba de aquellos banales mortales que preferían pasar sus horas libres pegados a la tele dándole al joystick. Pero la verdad es que soy mala para esos juegos, no me divierten porque me dan angustia y me estresan.

En fin, que de pronto de aquí a un año o dos termine sucumbiendo ante un lector digital, pero por lo pronto no, no es lo mío. Tal vez cuando yo decida comprármelo, ya la gente estará haciendo el camino de vuelta y estará de moda leer en papel (será como vintage). Y si de aquí a allá alguien me pregunta el típico “y tú que lees tanto cómo es que no tienes un e-reader”, le responderé que justamente porque la experiencia de lectura que me gusta y disfruto lleva implícita un libro en papel, y nada más.

Por fortuna tampoco soy de las que cree que el libro en papel está en vías de extinción

De todas maneras, por fortuna todo es cuestión de gusto, de conveniencia y de momento y al final sigo creyendo que lo importante es leer, ¿o no?

Comentarios

Alvaro dijo…
jejeje, ya sabes, leer y e-leer. Besos.

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